Aunque no
fue la primera película en utilizar el método que hoy conocemos como “found footge”,
El Proyecto de la Bruja de Blair fue el film que se encargó de
popularizar esta técnica en el cine, algo que los grandes estudios se
encargaron de imitar sin tomar en cuenta lo que hace tan efectivo este método de
narración cinematográfica. Aunque este método se ha sobreexplotado para mi
gusto, eso no significa que ya todo este dicho y hecho utilizando esta
herramienta narrativa, pero desafortunadamente, y por qué creo que hay una ley
en el cine que dice que no pueden pasar más de dos semanas sin que se estrene
una película que sea una secuela o reboot, tenemos La
Bruja de Blair, que trata de colgarse de la fama de la primera cinta y
aunque si presenta algunas ideas nuevas, no deja de ser la versión descafeinada
de la película original.
En La Bruja de Blair veremos los aterradores
eventos que aquejan a un grupo de jóvenes en un misterioso bosque. James (James
Allen McCune) encuentra un video en internet que parece ser una pista sobre su
desaparecida hermana Heather, por lo que decide ir a investigar al bosque.
Junto con un pequeño grupo de amigos y un par de guías locales, James se adentra
al bosque donde según las leyendas ocurren todo tipo de extraños sucesos.
Cuando una presencia misteriosa empieza a acechar a los jóvenes, James deberá
decidir que es más importante para él, su propia seguridad y la de sus amigos o
encontrar a su hermana perdida.
Sé que
siempre abogo por juzgar un filme mediante sus propios méritos, pero en este
caso me es imposible describir las fallas de La Bruja de Blair sin compararla con la versión original. Una de
las razones de que El Proyecto de la
Bruja de Blair se convirtió en una película tan influyente es sin duda
cierto nivel de ingenuidad que es imposible de recrear en la actualidad; el trabajo de mercadotecnia
alrededor de El Proyecto de la Bruja
de Blair fue crucial, con una de las primeras campañas virales que eran
verdaderamente innovadoras para la época, ya que se nos vendía la idea de que
la película se trataba verdaderamente de una cinta encontrada en el bosque, ilusión
que cobraba cierto nivel de veracidad mediante actores completamente
desconocidos, un trabajo de cámara prácticamente amateur y una historia
bastante simple que le daban cierto sabor a leyenda urbana. La Bruja de Blair sabe que todos estos
elementos son prácticamente imposibles de replicar hoy en día, por lo que toma
la sabia decisión de ni siquiera intentar retomar estos elementos,
desafortunadamente, son precisamente estos toques los que distinguían al filme
original del resto de películas de terror de la época y sin ellos La Bruja de Blair se convierte
simplemente en “una película más del montón”.
Aunque la
historia es una secuela directa del primer filme, no es necesario ver la
primera película para poder seguir el hilo de la historia, de hecho me atrevo a
decir que esta secuela funciona mejor si no se ha visto el filme original, ya
que la historia recorre prácticamente los mismos pasos que dio la primera película.
Esto no significa que La Bruja de Blair
no tenga nada nuevo que aportar, por ejemplo, el manejo de cierta distorsión en
el tiempo, ayuda a mantener la atmosfera sobrenatural de la trama, lo cual también
crea otro gran problema. La película original jugaba con las expectativas del público,
creando cierta noción de paranoia tanto en los personajes como en el espectador
¿Los protagonistas en verdad están siendo perseguidos por una creatura sobrenatural,
o todo es parte de su activa imaginación y la desesperación de verse perdidos
en medio de la nada? Este sentimiento de incertidumbre es tocado levemente en La Bruja de Blair, pero rápidamente se
ve descartado y olvidado al dejarnos ver que sí, que los personajes en verdad
son presas de un ser sobrenatural, con lo cual, y perdón por sonar como disco
rayado, hace que la magia creada por la versión original se pierda prácticamente
por completo.
Prácticamente
lo acabo de decir pero lo voy a repetir: La
Bruja de Blair es solo una película de terror más en el montón que existen
en este género, pero eso no la convierte automáticamente en algo malo. La
atmosfera que logra crear puede ser verdaderamente aterradora en momentos y aunque
el último acto del filme es poco más que un recorrido guiado por una casa
embrujada de feria, la verdad es que es un paseo efectivo y entretenido, dándonos
uno que otro susto que vale la pena. Tal vez estoy siendo cegado por la
nostalgia, pero El Proyecto de la Bruja
de Blair obtuvo un lugar tan específico y único en la historia del cine que
me resulta incluso contraproducente querer recrear la fórmula de su éxito, y
esta secuela intenta hacer precisamente eso con escasa o nula efectividad. La película
puede ser entretenida pero fuera de su conexión con su “hermana mayor” no hay
nada que la distinga del resto. No es ningún desastre ni mucho menos, que eso
quede claro, de hecho debo aceptar que me resultó bastante entretenida, pero también
tengo que decir que me quedo con la versión original cualquier día de la
semana, pero ese solo soy yo tratando desesperadamente de aferrarme al pasado.
La Bruja de
Blair: 2/5. Meh.
Mejor que: El
Libro de las Sombras: El Proyecto de la Bruja de Blair 2 (2000).
No tan buena
como: El Proyecto de la Bruja de Blair (1999), La Bruja (2016).
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