Tal vez sólo
es idea mía, pero cuando escucho el término “thriller” usualmente lo relaciono
con una película de terror o con uno de los videos musicales más icónicos del
mundo, lo que difícilmente imagino es una película romántica. Premonición 2:22 trata de unir dos géneros
que, en teoría, no tienen absolutamente nada que ver el uno con el otro, y
aunque la combinación suena interesante en teoría, la ejecución deja mucho que
desear.
En Premonición 2:22 veremos a un joven
tratando de entender los extraños sucesos que empiezan a ocurrir a su
alrededor. Dylan (Michael Huisman) es un controlador de tráfico aéreo que tras
una misteriosa premonición logra evitar un aparatoso accidente. Después de
evitar el desastre, Dylan empieza a
notar misteriosos acontecimientos que forman un patrón a su alrededor. Mientras
intenta descubrir el significado dentro de las misteriosas señales que
aparentemente sólo él puede ver, Dylan ira descubriendo un confuso pasado que
lo involucra a él y a su novia Sarah (Teresa Palmer) en un trágico asesinato sucedido
treinta años atrás.
Está más
allá de mis pobres capacidades el hablar de esta película sin arruinar las
pocas (muy pocas) sorpresas en la trama, ya que es imposible hablar sobre las
fallas de la película cuando prácticamente todas ellas se encuentran en el
desarrollo de su historia, así que debo advertirles que el resto de la reseña
se puede considerar como un “spoiler” total de la película.
El filme esencialmente
es una historia de amor entre dos personas, nada fuera de lo común a primera
vista, pero la gran “revelación” es que se trata de dos amantes reencarnados
que se han topado una vez más el uno con el otro. Lo anterior tampoco suena muy
interesante que digamos, y es aquí donde el elemento de “thriller” entra en acción,
ya que el protagonista sólo descubre la trágica circunstancia de su muerte sino
que también se da cuenta de que, aparentemente, la tragedia está condenada a
repetirse una vez más y deberá hacer todo lo posible por evitarla.
La película,
en lugar de integrar estas revelaciones en su trama, las utiliza como mera
excusa para justificar un guion flojo y poco imaginativo, dándonos escenas
extraordinariamente cursis que no tienen mucho sentido. El romance entre los
personajes surge aparentemente de la nada y en lugar de darnos una relación entre
ambos protagonistas relativamente creíble, la película no da otra explicación más
allá de que están destinados el uno para el otro porque, literalmente, está
escrito en las estrellas. Tal vez esto suene muy romántico para algunos, pero
para mí no es más que una burda excusa para evitar escribir un romance
verdaderamente interesante.
El misterio
en sí mismo tampoco es muy interesante que digamos. La repetición en las
señales que el protagonista observa a su alrededor resulta un tanto tedioso,
pero en defensa de la película, la trama establece precisamente que tal repetición
de eventos es un patrón de circunstancias muy específicas y a final de cuentas
¿Que no es precisamente eso la definición de un patrón? El problema viene cuando
el personaje, en lugar de gradualmente descubrir el significado de sus
visiones, simplemente descubre la verdad de manera casi accidental y automática,
despeja todas sus dudas justo a tiempo para que la película pueda desarrollar
un aburrido y no muy emocionante tercer acto.
Una buena
idea es importante para elaborar una película interesante, sí, pero esto no es
más que una parte de la ecuación, ya que la manera en que se presenta dicha
idea es igualmente importante y es este último punto es donde Premonición 2:22 deja mucho que desear.
No me atrevería a llamar a la producción como propagan “New Age” o algo por el
estilo, pero el filme parece estar hecho para aquellos que checan diariamente
su horóscopo y creen en cosas como la reencarnación o nociones similares divulgadas
por un hippie pacheco. La premisa es interesante pero parece que al guion le
falto un poco más de tiempo en el horno para darnos algo verdaderamente
interesante.
Premonición
2:22: 1/5. Mala.
Mejor que:
Presagio (2009). Ok, en teoría Presagio
sigue siendo mejor película, pero Premonición
2:22 resulta un poco menos ridícula (sólo un poco).
No tan buena
como: Número 23 (2007), Señales (2002).
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